Retrofuturismos

Es posible que hayan oído, leído o visto algo retrofuturista en diversos momentos de su vida, incluso en el último mes: una peli, una imagen, una obra escultórica, en la radio comentar "esto es retrofuturista", la tostadora con estética streamline de su casa,...

Aunque no nos lo parezca, los retrofuturismos, hoy en día en plural, están no hasta en la sopa, pero los podemos observar en muchas partes, especialmente en componentes aislados: elementos estéticos sobre todo.

Y es que las visiones futuristas y la ciencia-ficción han llegado a nosotros como cultura popular.

Además de ser atractivos, nos pueden explicar fenómenos y debates que consciente o inconscientemente se realizan entre diversos creativos, entendidos y "eruditos", y nosotros mismos sobre nuestro presente, nuestro pasado y nuestro futuro: de dónde venimos, cómo estamos y hacia dónde vamos.

Los retrofuturismos son un conjunto de movimientos y subgéneros, usualmente englobados dentro de la ciencia-ficción (literariamente hablando, pero también artística y estéticamente).

Observan las visiones de futuro, o prospectivas, que se han imaginado o planificado a lo largo de alrededor de dos siglos aproximadamente, y las reinterpretan bajo diferentes usos y visiones: totalmente críticas y reflexivas,  paródicas, de encanto con la estética futurista del pasado, como contexto o ambientación,...

Si miramos en nuestro pasado, la gente de los tiempos de nuestros "tataratataraabuelos" veían el futuro como un lugar utópico donde se podía llegar, que usualmente, por no decir siempre, estaba al amparo de los beneficios de la ciencia y la tecnología. Una característica de lo que se conoce como "sociedad tecnocientífica", propia de la que surgió en Occidente después de la Segunda Revolución Industrial (alrededor del 1850, aunque ligeramente más tarde en España y otras áreas de Europa y el mundo).

Portada de una "edisonada". "The Huge Hunter or the Steam Man of the Prairies [el hombre de vapor de las praderas]" (1868)


Al principio esta revolución tecnológica que transformó desde la economía hasta la sociedad, la familia, las costumbres, e incluso progresivamente la cultura, se basó en las tecnologías del vapor y las de transmisión mecánica (por engranajes, ruedas catalinas,...). Y así vieron el futuro, basados en sus conocimientos pero "aumentados".

Luego llegaron otras tecnologías, como la del motor de combustión interna, o más comúnmente conocido como "tecnología diesel", a gasolina, y la sociedad "mecanizada". Y los futuros se dibujaron al compás también de los matices oscuros de la I Guerra Mundial (1914-1918) y lo que posteriormente se dibujó política e ideológicamente.

En los años 20, 30 y 40 los futuros seguían siendo "maravillosos", con grandes rascacielos, y las casas "domotizadas" ("casa: sírveme el té y frégame el suelo", ya saben), con robots espléndidos y máquinas velocísimas.

February, 1934 Practical Mechanics (image: http://www.davidbuckley.net/) Fuente: Paleofuture.com


Pero después de los desastres nucleares, y un sinfín de experiencias negativas relacionadas directa o indirectamente con la ciencia y la tecnología, y se desconfiaba más y más de la propia humanidad, estos futuros se veían cada vez con más recelo, hasta que en los años 70 y 80 eclosionaron lo que se conocen como "futuros distópicos" (de distopia, el antagónico de utopia). Desde obras como 1984 de G. Orwell hasta el subgénero y movimiento Cyberpunk.
"Liberal brain training and our new voting machines" Artista: Jeffery Scott

En los años 70, tal como estas sensaciones "postmodernistas" y "postindustriales", cargadas de decepción y duda constante, apareció el retrofuturismo, que hoy en día podemos clasificarlo como "clásico".

"Retro Futurism". Artista: Carly Monardo

Era un retrofuturismo nostálgico o paródico, según el caso y el contexto (evidentemente) de esos futuros tan utópicos, a veces ingenuos, que buscaban revivir ese anhelo esperanzador y constructivo por una ciencia y tecnología que podía seguir siendo buena, eso sí, ahora usada con responsabilidad.

Usaban como recurso la imaginación prospectiva algo desmedida, es decir, se imaginaban posibilidades futuristas aunque irrealizables. O bien exageraban en condición irónica a su presente. O sencillamente ya podíamos ver en los años 90 algunos pequeños electrodomésticos con un estilo muy "retrotrónico".
Tocadiscos con lector de vinilo... y de CD


En esos años 80, algunos escritores del propio Cyberpunk comenzaron a probar con un "retrofuturismo victoriano" que también jugaba con elementos tales como los romances científicos aka primeras novelas de ciencia-ficción (como las de Jules Verne o H.G. Wells), las novelas de aventuras (tipo Mundo Perdido, de Sir A. C. Doyle), de suspense,... Nació así el Steampunk.

El Steampunk, hoy en día, es un movimiento pluridisciplinar y con más facetas que las artísticas, que triunfa en la red gracias a su estética decimonónica que combina muchos conceptos y elementos modernos: desde el "modding" de un ordenador como si fuera del propio capitán Nemo, pasando por una moda llena de corsés y "gadgets" mecánicos, hasta esculturas cinéticas basadas en las máquinas y experimentos científicos del siglo XIX.

Fuente: steampunkworkshop.com


También podemos encontrar el Dieselpunk, nacido hacia los 90, que es "como el Steampunk" pero donde la tecnología que impera no es la de vapor y la mecánica, sino la diesel -pero, ¡ojo! Con muchos matices diferentes.

Fuente: Dieselpunks.org
 También encontramos el Atomicpunk, o Atompunk, basado en tecnología atómica y diseños muy años 50 y 60, el Clockpunk (también ojo, tiene ambigüedad esta palabra) basado en la tecnología tipo "Da Vinci" y mundos renacentistas y barrocos, y otro sinfín de subgéneros menos extendidos, valorados o comprendidos tales como el Gothic Raygun. Retrofuturismos al fin y al cabo, con sus mil matices.

Este es el mundo de los Retrofuturismos: un mundo lleno de diferentes formas de valorar las visiones de futuro hechas en nuestro pasado. Una forma de hablar de un presente cansado y sin esperanzas de futuro poco optimistas. Una crítica al poco aprecio por la ciencia y por la tecnología, que con responsabilidad pueden aportar buenas cosas. Una alegoría especial a la creatividad y a la esperanza...

Aunque en la Semana Retrofuturista, ustedes también pueden aportar su palabra, su arte, y su visión.


Si son muy curiosos y tienen tiempo de leer, les facilitamos este ensayo:
Retrofuturismos: futuros que nunca fueron

Y si pueden conseguirlo, entienden el inglés, y les interesa el Steampunk: The Steampunk Bible.

Texto facilitado por Elisabet Roselló. Bajo licencia CC Sin uso comercial-No modificación-Indicando autoría